Las ondas de choque de baja intensidad se han convertido en una opción terapéutica innovadora y no invasiva para tratar la disfunción eréctil (DE) y la enfermedad de Peyronie. En pacientes con DE, este tratamiento promueve la neovascularización, es decir, la formación de nuevos vasos sanguíneos en el pene, lo que mejora significativamente el flujo sanguíneo y permite lograr erecciones más firmes y naturales sin necesidad de fármacos. En el caso de la enfermedad de Peyronie, las ondas de choque ayudan a reducir la fibrosis y la placa que provoca la curvatura anormal del pene, disminuyendo el dolor y mejorando la calidad de las relaciones sexuales. Además, este tratamiento es ambulatorio, no causa molestias significativas y tiene un perfil de seguridad muy favorable. También puede potenciar la eficacia de otros tratamientos. Gracias a estos beneficios, las ondas de choque representan una alternativa efectiva y segura para mejorar la salud sexual masculina y la calidad de vida.